Lectura

Milo

 

Cuando desperté Mia aún seguía dormida, acurrucada en mi pecho, al verla así la abracé, al sentir mi gesto se despertó dándose cuenta de, tanto ella como yo, teníamos una pequeña marca con forma de copo de nieve en el hombro.

 

– ¿Qué significa esa marca? – me preguntó Mia.

 

– Es el resultado de la unión Avaloriana – respondió Bóreas saliendo de la cocina.

 

– ¿Entonces lo que yo vi de tu vida Milo es parte de la unión? – preguntó mirándome fijamente.

 

Mia

 

Él me respondió asintiendo con la cabeza, en ese momento lo que hice fue abrazarlo

 

– ¿Te encuentras bien? – me preguntó Milo, yo no le respondí, por un rato largo lo abracé y él me correspondió el abrazo.

 

Pasado un rato nos separamos, cuando lo vi me pude percatar que había estado llorando. 

 

— Todo está bien — le respondí, cuando terminamos todo mi padre llegó con algo para comer.

 

— ¿cómo te sientes? — me preguntó Milo.

 

— me siento rara — le dije — haber visto tú … — no pude terminar la frase, ya que él decidió terminar la conversación dándome un beso.

 

Este acto me tomó tan de sorpresa que tardé unos segundos en corresponderle, cuando lo hice pude sentir en su mirada el deseo de cuidarme, también sentí como, conforme pasaban los segundos, el azul de sus ojos se hacía más intenso.

 

Después de estar así un buen rato nos separamos por falta de aire.

 

— te quiero y también quiero que sepas que estaré contigo en las buenas y en las malas — me dijo Milo con la respiración agitada.

 

Milo

 

Al decirle eso pude notar como sus mejillas se ponían rojas.

 

Cuando andábamos comiendo su teléfono empezó a sonar

 

— holi, justo estaba por llamarte, ¿quieres que nos veamos hoy? Está bien — dijo colgando el teléfono. 

 

— ¿con quién hablabas? — le pregunté con curiosidad. 

 

— con mi mejor amiga — me respondió con una sonrisa.

 

Mia

 

— ella quiere que nos veamos hoy — le dije mientras terminábamos de comer.

 

De repente, mientras terminaba de acomodar las cosas de la comida, sentí como Milo me miraba fijamente. 

 

— creo que es muy conveniente que ella no sepa lo de mis poderes — le informé a Milo.

 

— si ella pregunta nos conocimos en el pueblo de mi madre hace un año ¿te parece bien? —le pregunté, él asintió con la cabeza mientras nos acomodábamos para salir.

 

Cuando llegamos al Starbucks tomamos asiento en una mesa para cuatro personas.

 

Mientras esperábamos por Layla pude notar que Milo estaba nervioso, pude notar que tenía todo su cuerpo muy tenso.



Milo

 

Cuando llegamos al café pude notar como algunas personas me miraban sin disimulo, eso y que voy a conocer a la mejor amiga de Mia me tenía muy nervioso y tenso.

 

Cuando ella notó esto me tomó de la mano y con su dedo pulgar empezó a jugar con la palma de mi mano, este gesto hizo que mis nervios disminuyeran, pero al ver llegar a su amiga estos me volvieron a invadir. }

 

Mia

 

Cuando Layla llegó la saludé, mientras hacía esto pude notar como ella miraba fijamente a Milo.

 

— antes de que preguntes, ese bombón no está disponible — le dije algo seria.

 

— ¿Y quién es la afortunada que está con ese chico? — me preguntó ella.

 

Sabía que Milo nos estaba escuchando, por eso solo giré la cabeza  hacia un lado mientras se hacía notorio el sonrojo en mis mejillas. 



Milo

 

— soy Milo — me presenté torpemente.

 

— mucho gusto, soy Layla — se presentó de vuelta. 

 

— Antes de que preguntes, nos conocimos en el pueblo donde yo nací —  le dijo Mia muy seria.

 

Pasado un rato y después de haber pedido algo de tomar y comer me sentía más relajado, en el tiempo que estuvimos en el café  pude conocer más cosas sobre Mia y su mejor amiga.



Mia

 

— ya nos tenemos que ir— le dije a Layla poniéndome de pie, acto seguido Milo hizo lo mismo y nos despedimos.

 

— voy a acostarme un rato en el sofá — avisé al llegar a casa.

 

—  ¿Aún sigues pensando que con tu sangre mestiza lograrás derrotarme? — me despertó una voz que ya conocía.

 

Cuando intenté moverme me di cuenta de que, de la cintura para abajo, estaba congelada.



Milo

 

Cuando Mia se durmió aproveche para ordenar y limpiar un poco la habitación, pasado un rato no sé por qué empecé a tener un mal presentimiento, la marca que tenía de la unión con Mia me estaba doliendo mucho, cuando esto empezó a ocurrir baje a chequear que todo estuviera en orden.

 

Cuando llegue a la sala lo que vi no me gustó para nada, Mia estaba sudando frío, gracias a nuestra unión pude ver lo que ella estaba soñando.

 

Al acercarme a ella y tomarle de la mano pude ver como Caleb le estaba haciendo daño.

 

Mia

 

— ¡Deja de hacerle daño maldito, bastardo! — escuché la voz de Milo y con la poca movilidad que tenía lo busqué, cuando lo logré ubicar él estaba a mi lado sujetando algo con una mano.

 

Cuando me di cuenta vi que Milo tenía a alguien agarrado por el cuello, esta persona era delgada y sus facciones se veían desgastadas, no sé por qué al detallar un poco más su apariencia le noté que tenía un gran parecido a mi padre.

 

Al liberarlo yo me desperté dándome cuenta de que Milo estaba a mi lado, cuando él notó que me desperté me soltó la mano y fue a la cocina.

 

Milo

 

— ¡No podemos dejar que Caleb le siga haciendo daño! — le dije a Bóreas algo agitado.

 

— Milo cálmate por favor — me respondió él.

 

Yo intenté respirar hondo, pero el simple hecho de saber que le estaban haciendo daño a Mia hacía que la sangre me hirviera.

 

Al lograr calmarme regresé a la sala para chequear que Mia estuviera bien, cuando logre hacer contacto visual con ella y vi que estaba sentada en el sofá viendo una serie me acerque sin decirle nada acostándome en este poniendo la cabeza sobre su regazo.

 

Cuando ella se dio cuenta de mi presencia me miro e inconscientemente me empezó a hacer cariño en el cabello.

 

— Gracias — me dijo ella en un susurro

 

— ¿Por qué? — Le pregunté mirándola fijamente, ella al darse cuenta de mi mirada hizo una negación con la cabeza.

 

— Solo estaba pensando en voz alta — me dijo con una sonrisa.

 

Pasado un rato, Bóreas nos llamó para cenar, esta pasó muy rápido y cuando estábamos en la habitación aproveche para detallar a Mia.

 

Su cabello naranja llamaba mucho la atención y sus pecas hacían que su tez clara pareciera una galleta con chispas de chocolate.

 

— Tenemos que entrenar tus poderes — le dije a Mia mientras nos preparábamos para dormir.

 

— Ya, lo sé —me respondió ella mirándome fijamente. 

 

Cuando  nuestras miradas se conectaron, el verde de sus ojos hizo que entrara en una especie de trance en el que solo ella me hacía estar. 

 

Mia

 

— Mañana, tengo que ir a mi trabajo — le dije a Milo mientras me acostaba.

 

— Está bien — me respondió acomodando a mi lado.

 

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