Lectura

Milo

 

Cuando íbamos de regreso a casa, Mia se desvió a lo que parecía un centro comercial.

 

– ¿A dónde vamos? – le pregunté algo extrañado.

 

– necesito comprar unas cosas – me respondió ella mientras nos bajábamos del auto.

 

La ida a hacer compras fue bastante rápida, Mia fue a imprimir una foto y me regaló ropa.

 

– gracias por el regalo – le dije a lo cual ella me dedicó una hermosa sonrisa. 

 

Mia

 

Al llegar puse la foto que imprimí en el estante y le pregunté a Milo como empezaríamos a entrenar.

 

– si quieres podemos empezar meditando – me dijo. 

 

– está bien – le dije subiendo a cambiarme y a ponerme mi conjunto deportivo para empezar a entrenar.



Milo

 

– estoy lista – me avisó bajando, cuando la vi un sentimiento raro se apoderó de mi cuerpo, se veía tan hermosa.

 

– Milo ¿te encuentras bien? –   su pregunta hizo que volviera a la realidad. 

 

– s-sí ¿Por? – dije algo apenado. 

 

– llevas rato embobado mirándome – se rió y me despeinó el cabello como gesto de cariño.

 

Después de ese incómodo momento nos pusimos a meditar en el salón de la casa, todo iba perfecto hasta que vi a Mia moverse inquieta. 

 

– me duele – se quejó, cuando la escuché me levanté y la vi pálida, estaba fría.

 

 – ¡Me duele! – empezó a gritar y acto seguido se desmayó. 

 

– señor, algo le pasa a Mia – le dije a Bóreas que estaba en la cocina preparándonos algo de tomar.







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