Antes de que intentara cruzar la siguiente puerta Sharin me detuvo sujetándome el brazo, en su rostro vi un semblante más sereno que contrastaba con ese gesto de enojo que mostró hace unos minutos mientras negaba con su cabeza, detuve mi avance hacia lo que había detrás de esa enorme puerta, y vi como la forma de rata en que se convirtió el cuervo que le acompañaba se comunicaba con ella al estar en su mano.
—Esbirro ha visto un total de 25 nóctales detras de esa puerta y también a la habladora de tu amiga, si vamos a hacer nuestro movimiento debemos idear un plan que nos ponga en ventaja —sugirió la encantris al volver la vista hacia todos los demás guardianes.
Sabía que la diferencia numérica ya nos daba un mal augurio de cuál podía ser el resultado de un ataque directo, algunos de los compañeros de Zeylan mostraban haber sufrido heridas considerables dejando solo a 15 personas con el poder hacerle frente a quienes secuestraron a Remina.
—¿Y si hacemos un último uso del animus de Mera?— Exclamó Veria caminando hacia donde estaba mientras recogía su látigo impregnado de un aura azul —¿Quieres salvar a tu amiga? ¡Esta es tu oportunidad chica!— terminó sus palabras colocando sus manos sobre mis hombros.
Sharin hizo un gesto de desagrado ante la presencia e intervención de Veria lo que no tardó en demostrar al fijar sus ojos verdes cargados de enojo a los lilas de la bruja.
— ¡No podemos dejar nuestra suerte a una recién despierta! ella aún no sabe controlar su animus ni entiende lo que sucede— Dijo la encantris mostrando su descontento a espaldas de la otra guardián.
La bruja no hizo un gesto de enojo ante la provocación de su compañera, dio la vuelta e hizo una leve sonrisa desenfadada hacia la pelirroja.
—Tu optimismo es inspirador ¿No crees? ¿A caso tienes un plan mejor encantris? —le respondió sin titubeos.
La guardián pelirroja apretó sus puños y dio un paso al frente de ella levantando su mano, haciendo que una luz roja brillará incesante en ella.
—¿Quieres que te demuestre mi optimismo en tu cara?— exclamó con furia en sus palabras.
—¡Ya basta! —grito Zeylan cortando la discusión —Veria, Sharin no es momento para que sigan su disputa personal — hablo con carácter a las dos —si quieren resolver sus diferencias hagan lo cuando ya salgamos de esta, y Sharin si has mirado bien en el primer enfrentamiento logramos hacerlos retroceder hasta este punto con la habilidad del atrapasueños de mera, si logramos que ella invoque de nuevo los poderes de Roshakka pondremos la situación a nuestro favor.
Ambas se quedaron en silencio mientras pensaba si algo así era posible de nuevo, negué con mi cabeza y me llené de valor, no había tiempo que perder, levante mi mano y mire a todo el grupo de guardianes.
—¡Quiero intentarlo! Sé que no tengo sus habilidades de combate pero si aún puedo hacer algo no voy a dudar— Me acerque a la enorme puerta de madera, cerré los ojos y recordé el secuestro de mi amiga.
Mi mente se sumergió en una profunda concentración, escuchaba el tintineo de unas cadenas y al abrir mis ojos. Él estaba frente a mi sentado encima de una roca que tenía ensartada sus cadenas, puso sus iris dorados fijos en los míos, era abrumador el tenerlo de frente como Roshakka fuese algo que no podías evitar, di un paso al frente y extendiendo mis manos en señal de súplicas comencé a articular palabras.
—¿Has venido a romper otra cadena?— dijo antes de que dijera alguna palabra.
Estaba confundida ante su pregunta, sabía sobre sus cadenas pero no del porqué las portaba, hice un silencio haciendo evidente que no sabía de lo que hablaba, hasta que él hizo una risa colocando su dedo sobre mi frente.
—Ibwa nae itsar —dijo haciendo que escuché el aullido de unos lobos y viera el avance de su manada frente a mí. —Recuerda volver de nuevo Ojibwa.
Una manada de lobos de color dorado corrían veloces a mi lado, mire hacia donde iban y la enorme puerta de madera fue derribada seguida de las bestias que gruñían ferozmente, volví a escuchar los gritos de asombro de los guardianes a la vez que me apresure a ir hacia la entrada, vi las marcas doradas de mi atrapasueños en mis manos, al cruzar el umbral los noctales tomaron sus formas de bestias oscuras mientras otros cambiaban el color de sus globos oculares a un negro intenso.
—¡Ya era hora de que llegaran, me estaba aburriendo ya!— dijo Deimos.
Los lobos ladraban con furia al ver el grupo de seres siniestros mientras veía con odio al noctal, su risa cínica me molestaba hasta punto de ordenar a los lobos destrozarlo, Kiara, Erick, Zeylan y el resto de los guardianes sacaban sus armas.
—¿Dónde tienes a la chica? Noctal —Pregunto Zeylan extendiendo su espada envuelta en llamas azules frente a él.
—¡Di dónde está, hijo de puta! —Le dije sin medir mis palabras.
El malnacido hizo un gesto con su mano y los noctales hicieron un espacio, fue ahí cuando mi lagrimas salieron viendo a Deimos acercarse a Remina y agarrar su mejilla, estaba sujeta de sus manos y piernas por grilletes, forcejeando e intentando librarse de ellos.
—Saluda a los invitados de nuestra fiesta privada amor mío —dijo en tono de burla el desalmado.
Me sentí impotente al verla así, di un paso hacia delante y Zeylan me detuvo tomando mi mano, luche para que me soltar pero el guardián estaba dispuesto a no dejarme ir.
—¡Mina! ¡Suéltame Zeylan!— grite desesperada.
—Mera, Anetta... ¿Qué sucede?— dijo mi amiga confundida recobrando el sentido.
Se escuchaban aplausos detrás de Remina y Deimos, pudimos ver a un hombre ya entrado en años acompañado de alguien a quien ya había visto antes, Zeylan reaccionó extrañamente ante la presencia de esas personas. Note algo que me inquieto era ella, la chica con el semblante y la mirada triste que me hablo en mi sueño, igual de rubia como en mis visiones y su piel pálida daba la impresión de nunca haber salido más allá de donde estuviera. El hombre mayor miro al chico de ojos azules mostrando una disimulada alegría cosa que enfadó al líder de los guardianes, fijando mi vista en ellos escuche un ¡Sálvame! En mi cabeza estaba la voz de esa chica, sentí su dolor, su desespero.
—¡Helena!— dijo Zeylan —¡Escúchame soy yo, Cuervo!— dijo al verla.
—¡Oh cuervo, querido hijo! Ya tu princesa no es aquella chica recluida en esa habitación, se ha convertido en lo que el culto a la oscuridad siempre espero, nuestra arma más poderosa— Exclamó el hombre con ímpetu.
No podía entender qué estaba pasando, ese sujeto parecía conocer a Zeylan desde hace tiempo «¿Quién era? ¿Por qué quería salvar también a esa chica?», todo esto tomó un aire confuso y mi corazón también sentía un dolor al verlo así por ella, dejé a un lado mis sentimientos en ese momento.
—¡Hijo de perra, no descansaré hasta matarte! ¡Libera a Helena y a la chica ya!— grito y empuño con fuerza su espada.
—Si la quieres devuelta, ven por ella querido cuervo ¡Noctales matenlos!
El hombre hizo una risa y dio la espalda para volver a un mural frente a nosotros recitando un cántico que se escuchaba en eco en el sitio mientras Helena extendía sus brazos dejando ver unas marcas, al juntar sus antebrazos frente a ella hacían la forma de un Atrapasueños inverso en color negro, sentí un dolor recorrer mi cuerpo.
— ¡Ran hiei hiei tschala! ¡Ven aquí y despierta tenemos carne y alma para tu sustento! ¡Ran hiei hiei tschala! —cantaba
Los seres oscuros volvían a prepararse para atacar, Deimos beso la mejilla de Remina y se dirigía hacia nosotros blandiendo una espada, el dolor se concentró en mi pecho haciéndose insoportable.
—Eso no pinta bien, acaso eso es... —dijo Kyara mostrándose consternada.
—¡Esos bastardos quieren llamar a un señor de la oscuridad!— exclamó Veria empuñando su látigo.
Zeylan se apresuró a atacar a los primeros noctales al igual que los lobos que había invocado con el poder de roshakka, Veria al igual que Sharin empezaban a hacer sus conjuros.
—¡Kyara libera a la chica con tus flechas! No debemos dejar que devore su alma— Gritó Zeylan acercándose a Deimos.
La chica guardia dirigió su arco y flechas a la parte donde se unían los grilletes con las manos de Remina en hizo aparecer un atrapasueños violeta en su brazo disparando una flecha de luz en ese color impactando en las cadenas que aprisionan a mi amiga.
—No crean que le dejaremos salirse con la suya— dijo Érick haciendo aparecer llamas azules en sus manos.
Deimos se lanzó contra el líder de los guardianes, deteniendo el corte de su espada con una diestra estocada, pasó su espada a la otra mano e hizo un gesto de reverencia, cosa que molestó a Zeylan haciendo que diera otro ataque.
—Así que lo que decían del capitán Zeylan era cierto— dijo con una risa que me molestaba —Esa chica es tu debilidad, pero espera ¿Cuál de las dos?
El guardián volvió a encender su espada y con un movimiento rápido sobrepaso la defensa de Deimos, en ese momento lanza un corte que hiere la mano del chico rubio haciendo que esta se queme con las llamas azules de su espada. Pude escuchar el grito de dolor del noctal al tiempo que emprendía una huida con su mano calcinándose por el fuego. Kiara logró destruir el último grillete que tenía puesto Remina momento en que el dolor en mi pecho tomó un punto crítico viendo también un gesto de dolor en Helena hasta que de su atrapasueños oscuro una mano enorme salió clavando sus garras en el suelo, un grupo de noctales se puso al frente de la criatura para protegerla.
—Sabía que el hablador de Deimos no serviría para detener a estas basuras —dijo la bruja Kendra quitándose los guantes.
Veria y Sharin dieron un paso al frente de nosotros destruyendo con sus hechizos dos noctales que iban a atacarlas, la chica de acento ruso soltó su látigo y lo arrastró haciendo que este soltara chispas en el suelo, la guardián pelirroja dejó su silencio.
—Tengo un asunto pendiente contigo bruja de quinta —dijo Sharin extendiendo sus brazos y haciendo brillar sus manos a la vez que su Atrapasueños se hacía visible en el escote de su espalda.
—Yo también quiero partirle la cara a esa perra— Expreso Veria haciendo que su cabello se extendiera, tomando un color azul marino.
La bruja de cabello negro y ojos serpentinos las miro con un marcado desprecio, que me hizo querer darle una cachetada tan fuerte como me lo permitiese mi cuerpo.
—¿Y ahora las dos patéticas van a luchar juntas como buenas amigas?— dijo con una risa molesta que tapaba con su mano.
Las dos compañeras empezaron su ataque, Veria fue hacia la derecha lanzando un latigazo envuelto en un aura azulosa seguido de Sharin que lanzo un rayo rojizo desde su mano, la bruza esquivo el látigo de Veria dando un salto hacia el costado contrario, el ataque corto la cabeza de unos de los nóctales que defendían a la bestia que era convocada. El rayo de Sharin la siguió haciendo que la bruja hiciera que su cabello tomara el fulgor negro que una vez utilizo, pudimos ver que el rayo la impacto haciéndola rodar por el suelo.
—Eso fue demasiado rápido —Dijo Veria desilusionada —¡Aaahgg!— gritó la bruja sorprendiéndonos a todos.
De repente Kendra aparece a su costado cortando con unas garras afiladas la espalda de la chica al igual que el largo cabello azul que ahora tenía, la sangre de Veria manchaba con un intenso carmesí las puntas de sus cabellos.
—Pónganse serias perras o de lo contrario tendré que acabar ya este jueguito —dijo la bruja de larga trenza. —Como odio ensuciar mis manos con sangre de basuras vivientes.
Vi a Lahir apretar sus dientes de enojo al ver a su compañera caer de rodillas ante su enemiga.
—¡Jajaja! No te desesperes maldita apenas empiezo... —exclamó la chica de cabello azul, mientras empezaba a surgir un aura de su cuerpo al momento en que el iris de sus ojos empezó a brillar.
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