Intente hacerme camino entre la multitud, apartando a cuanta persona se cruzaba al frente para poder pasar. Parecían ser un corredor infinito de personas que se distorsionaba cuanto más caminaba entre ellos, a cada paso que daba hacían risas que a oídos míos se escuchaban demenciales; me estaba desesperando, sentía que me faltaba el aire, y con las fuerzas que me quedaban grite el nombre de Remina pero no la encontraba en ninguna parte. Cada vez que la gente que me aprisionaba dejaba un espacio entre ellos pasaba de inmediato, no encontraba a ella ni su secuestrador en esa sección de la pista de baile. las lágrimas salían hasta diluir el poco rímel que usaba.
Pasaron unos minutos y me detuve para recobrar el aire, miré hacia el frente, noté que un chico de pelo castaño y físico fuerte se quedó mirándome en ese momento; empezando a dirigirse cerca de donde estaba, exhalé el aire con rapidez viendo como no pudo disimularlo mas se acercó en donde estaba, yo solo quería que se fuera recobrar el aire que me faltaba y reanudar la búsqueda de Mina, pero mi indiferencia no imposibilita sus intenciones.
—Oye preciosa ¿estas bien? ¿te pasa algo?— me pregunto al momento de sujetarme de la cintura.
—Mi amiga; necesito encontrarla —decía con mi voz entrecortada por la falta de aire.
—No te preocupes linda, deja que te acompañe, quizás te pueda hacer olvidar todas tus preocupaciones —dijo al limpiar las pequeñas lágrimas negras de rímel en mis mejillas.
A pesar de que me sentía sin fuerzas, mi vista ya no me engañaba. Al igual que el maldito de Deimos este sujeto mostraba la mitad de su rostro cubierto por esa borrosa oscuridad, dejando ver solo ese brillo rojo en su ojo derecho, ¡no podían ser humanos!.
—Eres sumamente deliciosa— dijo al acercar sus labios a mi cuello.
—¡No!, déjame ir por favor... ¡Déjame! — Forcejeaba con él hasta apartarlo de mi.
—No te resistas, es peor si te haces la que no quiere.— Extendió su mano para intentar apresarme.
Recordé a mi amiga Remina inconsciente, desapareciendo entre los brazos de Deimos y una furia se apodero de mi ser, le di una rápida bofetada que le arañó el costado de su cara, unas rasgaduras se habían hecho en su rostro, dejando ver entre ellas un color oscuro que no sangraba en ningún momento.
— ¡AAH! ¡MALDITA!— dijo al levantar su mano para golpearme.
Su puño se dirigía hacia mi rostro con todas sus fuerzas, pero antes de que este llegara a tocarme, alguien me aparto y acto seguido apuñaló el pecho del sujeto con una espada en llamas, caí en cuenta de lo sucedido cuando Kyara y Sharin me sostenían en sus brazos, delante de mi; Zeylan sostenía la espada que atravesó el pecho de mi agresor.
—Malditos sean guardianes de los sueños ¿Cómo demonios pudieron pasar las puertas sin ser vistos? — expresó al ver quien lo había atacado, dándole una mirada de odio.
—Una vez que descifras el código de una de sus entradas es fácil abrir otra, ahora ¡sucumbe ante las flamas de mi espada maldito!— , dijo Zeylan al levantar de un solo movimiento la espada, cortando desde el centro del pecho de aquel hombre hasta su hombro izquierdo.
Cuando su espada estaba en alto, las flamas azules empezaron a cubrir el cuerpo de aquel hombre hasta convertirlo en cenizas, esto llamó la atención de todos los que estaban en la pista, quienes se hicieron a un lado al caer los restos hechos polvo a sus pies, la música se detuvo y todos salieron de su asombro para mostrar su furia estando de pies al otro lado del lugar, unos cambiaron sus apariencias juveniles en oscuros rostros y otros empezaban a tomar forma de criaturas de horripilante aspecto, mientras que del otro extremo otra multitud desenfundaron sus armas.
—¡GUARDIANES! — se escuchó en los grito de aquellos seres que desprendían un aura de rabia y maldad.
Zeylan hizo un hábil movimiento de su espada para empuñarla con las dos manos, poniendo su filo contra el bando enemigo.
—¡ERICK! ¡SHARIN! ¡MURO DE FUEGO! — gritó al momento en que aquellos que tomaron forma de bestias se abalanzaron hacia donde estábamos.
Erick extendió sus brazos empuñando sus manos, unas llamas surgieron de sus puños en un brillante fuego azul surgió de sus brazos, y empezar a elevar una enorme bola de fuego que lanzó por encima de Zeylan.
—¡SHARIN! — grito su novio.
La pelirroja junto sus manos para hacer un triangulo inverso con la punta de sus dedos, haciendo que un brillo de color violeta iluminara de su cabello, dejándose ver en su descubierta espalda el símbolo de un atrapasueños en una luz de igual color.
—¡MAGIA ENCANTRIS! ¡CANTO 11!.. ¡RAMANASTRA! — expresó Sharin con voz fuerte.
Cuando terminó de pronunciar esas palabras la bola de fuego lanzada por Erick se extendió, barriendo a los monstruos de forma humanoide que se aproximaban extendiendo garras y colmillos, algunos que aún no estaban en llamas habían logrado pasar al otro extremo, atacando a los primeros guardianes con que se cruzaban los combates habían comenzado, y se escuchaba el sonido de armas impactar en contra cada rival los compañeros de armas de zeylan empezaron a usar su habilidades, el compañero de aquella misteriosa chica de cabello azul le acertaba un par de cuchillos en la frente a una de esas criaturas, mientras kyara lanzaba rápidas flechas en contra las bestias.
—¡No es lo suficiente grande para neutralizar a los noctofagos, encantris! — dijo la chica de cabello corto azul con quien me había topado minutos antes, que se encontraba detrás de Sharin.
— No necesito que una bruja traidora como tu, Veria kuzakova me diga lo que tengo que hacer — le respondió con un tono de desagrado encantris.
—¡CUIDADO! — les grite a las dos cuando un grupo de filosas dagas se dirigían en su dirección.
Veria hizo un rápido movimiento con sus manos y un aura de color azul brotaba de su cuerpo, tuve la impresión de que su cabello le había crecido en ese momento.
— SHEELD KSHETRAH — pronunció con voz resonante y fuerte.
En cuanto pronunció esas palabras, las dagas empezaron a suspenderse en el aire como si estas hubieran sido clavadas en un muro invisible, después una risa femenina se escuchó desde las escaleras paralelas que iban al segundo piso.
—Que ironía encantris y brujas peleando juntas en el mismo bando, ¡Que patético!—dijo la aguda voz.
Vimos saltar encima de las dagas suspendidas en el aire a una mujer de adulta figura, vestida con ropas similares a las de Veria su cabello negro trenzado le llegaba a la cintura, miró con desprecio a la chica de cabello corto azul, al verle los guardianes intentaron acertar proyectiles contra ella pero los esquivaba de manera ágil.
— Das lastima como bruja que eres, rebajarte al nivel de una sucia encantris ¿Y servir a los guardianes de los sueños? Por la honra del clan Rode y el nombre de Aradia, yo Kendra Mirie juro que acabaré con tu vida Veria Kusakova del maldito clan Tanis— expresó sentenciante la mujer de ojos rojos.
— Nada me haría más feliz que bajarte de allí y romper tu orgullosa cara— le respondió Veria desafiante manteniendo su mirada fija en la cara de su rival.
Sharin tenso sus hombros en señal de furia, por aquellos insultos de esa mujer que odiaba a ambas guardianas.
—¿Sucia encantris?, Me gustaría que bajaras y me lo dijeras de frente maldita bruja —exclamó cabreada por los comentarios de la misteriosa mujer.
El muro de fuego empezó a debilitarse, las flamas se reducía a medida que el enojo de sharin aumentaba, la encantris había cambiado la forma de aquella pared de llamas a una enorme bola de fuego azul que lanzó contra la bruja de cabello trenzado, quien volvió la mirada tranquilamente hacia la esfera de llamas que iba directo hacia ella, de su cuerpo emano un aura oscura y su cabello desprendía unfulgor negro.
—BLED ADRSHY — proclamó levantando su mano derecha en dirección al ataque de Sharin.
La esfera de llamas se dividió en pequeñas bolas de fuego que impactaron contra el muro invisible que Veria mantenía con su magia, cada pequeña bola de llamas perforaba el muro sonando como vidrios rotos, de hecho se veía que se rompía como como una pared de cristal .
— ¡NO SHARIN! ¡DETENTE!— le gritó Zeylan, pero la chica no parecía escucharle, su mirada está puesta sobre la bruja de negra cabellera.
El ahora muro de cristal roto fue asediado por las criaturas, los hombres y mujeres de lúgubre aspecto golpeaban con sus armas, poderes y garras el la pared que ahora era visible.
— ¡AAAHHH!— Hizo un gesto de dolor y sus manos empezaron a sangrar, al igual que sus ojos dejaban caer lágrimas de sangre — No podré seguir condensando mi Animus por mucho tiempo si van a hacer algo, ¡Háganlo ahora maldita sea!
—No soportará mucho tiempo, tenemos que usar el la habilidad de Mera — expresó Kyara tensando su arco—No nos quedará suficiente Animus para resistir otra oleada.
No sabia que responder, la gente a la que Zeylan me estaba negando pertenecer pedían mi ayuda, pero ahora las heridas de mi corazón no debían importar; necesitaba salvar a Remina, necesitaba proteger Anetta, ahora que estaba envuelta en todo esto me preocupaba su que estuviera protegida.
—Erick trata de calmar a Sharin— dijo al acercarse a donde me encontraba, sus ojos azules y preocupados miraron los míos — Dejemos las disculpas para más tarde Mera, necesito que nuevamente convoques a un señor de los sueños como lo hiciste aquella vez en la azotea de tu edificio, necesito que controles tu poder esta vez.
No tenía mucha seguridad pero secretamente ya había encontrado la forma de que mis poderes se hicieran presentes, el atrapasueños atrapaba los malos malos sueños, y las pesadillas pero si usaba los sentimientos fuertes de mi corazón su poder se despertaría. Asentí al oír la petición de Kyara y decidida empecé a recordar mis momentos más preciados de la vida con Remina y Netta, a mis padres, a kevin y por último esa mirada, esos ojos que me atrapaban.
"Zeylan mírame, mira la mujer fuerte que puedo llegar a ser" exprese en mi mente hasta cerrar los ojos y pude verlo a él, ese poderoso guardián que vivía en el atrapasueños.
—Tu destino va más allá de una existencia humana, haz existido desde el nacimiento de la luz y las tinieblas, pero tu alma necesitarás ser completada para cuando ese día se cumpla— dijo una voz resonante de un hombre en mi cabeza.
Abrí los ojos y vi que un enorme atrapasueños bordeaba el tamaño del escudo de cristal el cual parecía terminar de romperse en cualquier momento, levanté mi mano con el mismo símbolo del atrapasueños que tenía al frente. Me sentía poderosa, magnánima, este era mi poder.
—¡APARECE! DAME EL PODER PARA PELEAR EN TU NOMBRE ¡ROSHAKKA!— grité con la fuerza que rodeaba mi cuerpo.
El gigante dorado de impresionante corpulencia, había aparecido saliendo del el enorme aro y sus cadenas emergen junto con el resto de su cuerpo, el fuerte muro de cristal se rompió y las bestia cruzaron la barrera de Veria junto con los chicos que estaban con ellos. Roshakka hizo disparar un enorme rayo de luz desde el atrapasueños hacia los noctales, la brujas y algunos seres sombríos empezaron a escapar, cuando el pastor de la tierras del sueño levantó su mano derecha en dirección a esos horribles monstruos.
—¡Esto no pinta bien! — exclamó Veria— ¡TODO EL MUNDO AL SUELO!
Todos guardianes de los sueños se lanzaron al piso, vi cuando el rayo de luz se desprendió del del símbolo circular, a su paso los cuerpos de aquellos que la luz alcanzaba fueron borrados de aquel lugar, mi vista se nublo y caí al suelo. No supe mas de mi.
Abrí los ojos y ahí estaba Zeylan mirándome fijamente, esa mirada que buscaba alguna herida en mi, me pertenecía en este momento; luego notar que estaba bien me ayudo a levantarme, mire alrededor y todo estaba desecho. Algo llamó nuestra atención, era una de las escaleras al segundo piso tenía visible un descenso escalonado hasta dar con un amplio pasillo, Erick ya con la calmada Sharin comenzaron a examinar aquella entrada.
—Zeylan este parece ser el acceso al templo de este culto a la oscuridad— dijo el novio de sharin consultando a la encantris que tenia reposando sobre su hombro un cuervo negro.
—Voy a investigar— dijo la pelirroja tomando el cuervo en su mano y con unos canticos lo transformó en una rata oscura dejándola en la entrada secreta.
Luego nos acercamos a donde estaba Kyara y Vería no muy lejos de allí, estaban con el chico vestido de motociclista y el resto de guardianes se habían reagrupado para esperar nuevas órdenes de Zeylan.
— Veria quiero un reporte de la situación— Le comentó a la vez que miraba a sus aliados que aun estaban en pie después de la sangrienta batalla.
— Hay mas de cinco compañeros caídos en combate, y siete heridos. Puedo sanar unos cuantos con mi magia y reducir ese número.— respondió la chica mientras trataba un serio corte en el hombro de un chico.
—Reúne a quien pueda seguir combatiendo, nos adentraremos a ese lugar— le ordenó Zeylan.
Cuando estaba mirando la entrada secreta, pensé en Remina y lo mal que lo debía estar pasando al estar secuestrada junto la basura de Deimos. Escuche una voz familiar a mis espaldas, cuando me di vuelta vi a Anetta de pie al frente de mí, me sentí tranquila al ver que no lo pasó nada y corrí a abrazarla con lágrimas en los ojos.
—¡Mera! pensaba que algo malo te pudo haber pasado, agradezco que no fue así. Cuando quise volver a donde estabas un tipo extraño quiso atraparme, e intente huir de él— dijo tomando un suspiro para calmarse y evitar llorar—pero cuando logró cerrarme el paso, pensé que lo peor me iba a suceder hasta que él me salvo.— Señaló a un sujeto acercaba a nosotras.
Era chico alto, un poco fornido, con una larga melena castaña y ojos miel, llevaba una lanza y solo nos observaba en silencio.
—¡Tienen a Remina! Deimos era uno de ellos y no me di cuenta ¿Por que no lo supe desde que lo conocimos? quizás hubiera evitado eso— las lágrimas volvieron a brotar de mis ojos.
Ella hundió su rostro en mi pecho para llorar también, puse mi mano en su cabello y brindarle consuelo, mientras yo intentaba recobrar mis fuerzas, mire la entrada al sitio de reunión de esos sujetos y sequé mis lágrimas, me separe de anetta mirándola a los ojos.
—Rescataremos a nuestra amiga Netta y volvamos a casa.— dije decidida.
Mera y el Poder del Atrapasueños
El Origen
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