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La incredulidad se apoderó de Row al despertar de su sueño. Sin embargo, la voz de Jin resonaba con tal fuerza en su memoria que decidió seguir sus instrucciones y regresar al gran árbol.
Al llegar, exploró minuciosamente cada rincón, pero no encontró rastro de lo que buscaba. Decepcionado, volvió a la cabaña. Tres días habían transcurrido desde su partida, y al entrar, una nueva sorpresa lo aguardaba: el cuerpo de Jin había desaparecido.
Un escalofrío recorrió su espina dorsal. Buscó frenéticamente en los alrededores, escudriñando cada sombra, cada rincón, pero sus esfuerzos fueron en vano. De vuelta en la cabaña, un detalle en las paredes captó su atención. Allí, grabada en la madera, se encontraba una marca familiar. Tras un esfuerzo mental, Row recordó haberla visto antes, en la espalda de los asesinos de sus padres y de Jin.
La furia comenzó a hervir en su interior. Decidido a descubrir la verdad, se sumergió en la biblioteca de Jin. Durante horas, rebuscó entre volúmenes polvorientos, buscando algún indicio sobre la marca. Finalmente, encontró un libro titulado "El Ejército Oscuro". Lo reconoció de inmediato, era el único libro de la biblioteca que presentaba la misma marca en su portada.
Al abrirlo, un torrente de información inundó su mente. Aprendió sobre la historia de su mundo, sobre razas desconocidas como los "Gliph", maestros de la magia desde su nacimiento. Descubrió que la marca pertenecía a una secta de asesinos despiadados, liderados por un ser oscuro conocido como "El Guiado por Dios", cuyo poder trascendía generaciones, renaciendo en un nuevo cuerpo al morir el anterior.
Tras tres días de intensa lectura, Row se incorporó de su silla.
—Al fin terminé de leer esta cosa. Ahora a devolverlo y a irme —murmuró.
Se dirigió al estante para colocar el libro. Al hacerlo, notó algo extraño. Retiró el libro y descubrió un viejo botón oculto. Sin dudar, volvió a colocar el libro, presionando el botón. De repente, una sección del estante se deslizó hacia un lado, revelando una antigua puerta de madera.
La curiosidad lo consumió. Abrió la puerta y se encontró en un lugar insólito: una plataforma blanca y un bosque inmenso se extendían ante sus ojos. Intrigado, decidió entrar y explorar aquel mundo desconocido, cerrando la puerta tras de sí.
Nada más hacerlo, una mujer apareció frente a él.
—¿Quién eres? —preguntó Row, desconcertado.
—Hola, soy Angélica —respondió la desconocida con cortesía—. Soy algo así como la protectora de este lugar de entrenamiento, conocido como "El Bosque Corazón".
—O sea, ¿que tú eres algo así como la dueña de este espacio, o por qué estás aquí? —interrumpió Row.
—No, yo solo soy un espíritu encargado de cuidar este lugar y de vigilar quién entra y quién sale. En cuanto a ti, ya te conozco, joven Row. Eres el último discípulo de Jin. Él siempre me contaba que eras muy fuerte y me dijo que, si algún día él moría, tú vendrías aquí y que te recibiera. Me imagino que estás aquí por eso. Jin también creó una habitación con comida infinita dentro de este espacio para que te alimentes bien durante tu estadía, y conjuró un hechizo que hizo que estos bosques estén llenos de monstruos y ninjas. Cada vez que uno de estos muere, reaparecerán lejos ti para que puedas llegar a las plataformas.
—¡Increíble! Podré luchar por mucho tiempo para hacerme más fuerte —exclamó Row, entusiasmado.
—Sí, puedes entrenar todo lo que quieras, pero primero debes escuchar las re... —comenzó Angelica.
—¿Qué importan las reglas? Vamos a entrenar de una buena vez —interrumpió Row, impaciente.
Angélica sonrió levemente y murmuró para sí misma:
—Pronto aprenderá.
Sin esperar más, Row se adentró en el bosque, ansioso por enfrentarse a sus nuevos oponentes. Al cabo de unos minutos, Row salió corriendo en dirección a la plataforma número uno, perseguido por un ejército de monstruos y esquivando golpes con agilidad sorprendente.
Angélica sonrió al ver la escena. Al llegar a la plataforma, Row se encontró de nuevo con Angélica, quien le dijo:
—¿Ahora quieres escuchar las reglas?
Row, asustado, asintió.
—Está bien, tú ganas —dijo Row—. Te escucho.
Angélica sonrió y comenzó a enumerar:
—Regla número uno: Puedes estar aquí todo el tiempo que quieras, pero debes tener en cuenta que el flujo del tie
mpo es diferente. Al ser un lugar creado con magia, Jin sabía más sobre él. Un día aquí equivale a un minuto afuera, así que puedes entrenar todo lo que desees.
—Regla número dos: Puedes pelear contra monstruos y ninjas sin parar. Si quieres terminar, deberás correr a una de las cuatro plataformas, ya que, aunque los monstruos te persigan, no podrán atravesar el escudo mágico.
—Por allí tienes una habitación con una cama, varias armaduras de entrenamiento y un maniquí para que coloques la que te dio Jin y así evites que se desgaste —dijo señalando una puerta con el dedo—. La habitación de al lado tiene comida infinita y una cocina. Imagino que Jin te enseñó a cocinar.
Row, sin prestar demasiada atención a las explicaciones, se dirigió a la habitación, ansioso por dormir y cambiarse de ropa. Tras un reparador descanso, se levantó, se bañó, se enfundó su armadura de entrenamiento y salió a explorar el bosque, dispuesto a descubrir qué bestias se ocultaban entre los árboles.
Apenas se adentró en la espesura, se encontró con un goblin. La criatura se quedó paralizada al ver a Row, quien se acercó para investigar. De repente, el goblin saltó sobre su rostro. Row reaccionó por instinto y golpeó al goblin con tanta fuerza que lo lanzó por los aires, estrellándolo contra un árbol. El goblin quedó destrozado.
Tras limpiarse la cara, Row continuó su camino. Más adelante, se topó con un troll gigante. Sin dudar, Row se abalanzó sobre él, asestándole un puñetazo tan potente que le destrozó el brazo. El troll intentó esquivar el golpe moviendo el torso, pero Row era demasiado rápido.
Row volvió al suelo y observó cómo el brazo del troll se regeneraba. Sin perder tiempo, volvió a atacar, propinando una patada en las piernas que desgarró y rompió uno de sus miembros.
El troll se regeneró de nuevo y arremetió contra Row, defendiéndose con furia. Row, mientras esquivaba los golpes, le propinaba fuertes ataques que arrancaban partes de su cuerpo, pero el troll se regeneraba sin cesar.
Después de horas de lucha, Row se dio cuenta de que el troll no moriría a menos que destrozara su corazón. Pero Row estaba agotado, al borde del desmayo.
De repente, Row recordó una técnica que le había enseñado Jin.
(Flashback de Row)
Jin se encontraba frente a Row, levantando su gran espada para asestar un golpe descendente. En el momento en que Jin bajó la espada, Row sintió miedo. No podía moverse. Jin deslizó su espada por el aire, apuntando al cuello de Row. Justo antes de impactar, Jin detuvo la espada y le dijo:
—Lo haces mal. Dejas que el miedo controle tu cuerpo. Escúchame, muchacho. Cuando un oponente desliza su arma de esa forma hacia ti y tú no tienes una para defenderte, debes retroceder. Cuando termine su ataque, su arma quedará apuntando al suelo. Entonces, písala y dale un fuerte puñetazo. Así soltará su espada y tú serás el vencedor.
(Fin del flashback)
Row se dio cuenta de que, durante toda la batalla, el troll no había usado su mazo. Pero, justo en ese momento, al ver a Row destrozado, el troll levantó su mazo para acabar con él.
El troll dejó caer su mazo en dirección a Row, quien retrocedió y caminó sobre el arma. Al llegar al torso del troll, Row concentró sus últimas fuerzas y puso todo su poder en un puñetazo. El impacto causó que el cuerpo de Row atravesara el corazón del gigante.
Al tocar el suelo, Row vio que el troll gigante iba a caer sobre él. Intentó moverse, pero no pudo. Tenía una pierna rota por el salto. El gigante estaba a punto de aplastarlo cuando, de pronto...
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